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domingo, marzo 20, 2005

¿Cómo lograr que el ciudadano se interese en la política?

(La República, 23 de Marzo de 2005)

El ciudadano peruano mira la política con apatía y desencanto. Creo que hay dos tipos de reformas urgentes para incentivar que se acerque a la política: la adopción del voto facultativo y el incremento del control ciudadano sobre el poder político.

La adopción del voto facultativo o la eliminación de las sanciones por no votar redefinirían la demanda electoral
*. Bajo esas condiciones, sería esperable que ese 61% de personas desinteresadas en política según Apoyo preste oídos sordos a toda oferta electoral. Por ello, la oferta tendría que concentrarse en persuadir al 36% interesado -según la misma encuestadora- en la marcha política del país; quienes, con independencia de su nivel educativo, realizarían cierto nivel de análisis antes de decidir por quién votar. Las características de esta nueva demanda electoral, junto con la fuerte competencia que enfrentarán las agrupaciones en el 2006, forzaría a los candidatos a presentar planes y equipos de gobierno medianamente competitivos. Por tanto, se elegirían mejores autoridades que si el voto continuara siendo obligatorio.

Pero para que dichas autoridades no realicen una gestión que conduzca a un nuevo y mayor desencanto, sería importante reforzar los mecanismos de control sobre el poder político. Para ello debería reducirse el período de gobierno a cuatro años, instaurarse un mecanismo de renovación por partes del Congreso, y eliminarse el derecho de los congresistas al antejuicio político. Por último, se necesitaría que los ciudadanos cuenten permanentemente con información sobre el desempeño de sus autoridades a través de medios de prensa y de un registro de promesas electorales. Todo esto, junto con la posibilidad que ya existe de revocar alcaldes, generaría poco a poco en el ciudadano la percepción de que puede influir en la marcha política del país.

La complementación de ambos tipos de reformas incentivarán a los ciudadanos a involucrarse en política. Ya sea escuchando candidatos para evaluar si sus propuestas los convencen de acudir a las urnas o participando activamente como miembro de una agrupación política.

El Congreso someterá próximamente a votación el voto facultativo. Algunos congresistas se oponen porque creen que el potencial ausentismo desencadenaría una crisis de representatividad. Pero las cifras existentes no generan mayores temores (36% interesado en política y 80% dispuesto a votar según Apoyo). Hoy en día, además, nadie duda en protestar contra una autoridad por la que no votó. Lo mismo ocurriría si los ciudadanos no tuvieran que acudir a las urnas, porque el derecho a controlar la gestión pública no se deriva de su voto sino de su condición de ciudadanos. Al final del día, lo que marca el nivel de representatividad de una autoridad es simplemente la aprobación que reciba su gestión.

Por último, a varios congresistas les preocupa que esta medida favorezca al APRA. Esto parece poco probable, ya que la elevación del nivel de la demanda electoral debilitará la mayor ventaja de su líder: la demagogia. Y si la medida beneficia al APRA en el mediano plazo gracias a su mayor capacidad de organización, pues bien merecido se lo tendría. Se trata justamente de forzar un cambio de actitud en quienes pretenden encarnar opciones políticas para que se organicen, presenten planes serios de gobierno y sigan una línea de acción consistente entre elecciones (sean o no gobierno). No dejemos pasar la oportunidad de adoptar una reforma que empezará a acercar la política al ciudadano.

* En América Latina -según IDEA Internacional- sólo Honduras, Ecuador y Perú obligan con sanciones efectivas a acudir a las urnas.