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jueves, julio 07, 2005

Los costos de la “mano dura” de Fujimori

(La República, 6 de Julio de 2005)
¿Cree usted que este país sólo puede gobernarse con “mano dura”? El 19% de peruanos -que según CPI apoya a Fujimori- en gran medida lo cree. Y es que, frente al desorden social y político que estamos viviendo en democracia, la “mano dura” aplicada por Fujimori en los noventa suena para algunos bastante seductora. Los fujimoristas saben que el orden y la seguridad que vivimos -a fuerza de represión- durante su Gobierno serán su principal argumento en la próxima campaña. Pero... ¿acaso no hay una relación de causa-efecto entre el autoritarismo de Fujimori y el actual desorden social y político? Aquí, algunos cuantos ejemplos para reflexionar:

1. Fujimori reprimió la libertad de expresión y rompió todos los canales de diálogo con las fuerzas sociales. Consecuencia: de vuelta a la democracia, las agrupaciones sociales no conciben que la mejor manera de avanzar sea dialogar. El 23 de junio pasado, por ejemplo, los profesores del SUTEP llegaron al absurdo de realizar una marcha de protesta “preventiva” en pleno proceso de diálogo con el Ministerio de Educación.

2. Fujimori liberalizó la economía, pero no respetó las libertades políticas. Además, llevó a cabo privatizaciones cuestionables por sus condiciones y/o por el destino de los fondos obtenidos. Consecuencia: hoy en día, la población no comprende los beneficios que el libre mercado puede acarrear para su bienestar, lo cual deviene en situaciones como el “arequipeñazo” o el reciente rechazo irreflexivo al fomento de la inversión privada en SEDAPAL.

3. Fujimori -en su afán por concentrar el poder político- interrumpió el proceso de descentralización. Esto convirtió al Ejecutivo virtualmente en la única autoridad de alcance nacional. Consecuencia: el actual Gobierno Central ha tenido que enfrentar diversas protestas que correspondían ser atendidas por otras autoridades. Hace algunos meses, por ejemplo, pobladores de Ventanilla marcharon reclamando al Ejecutivo sanear sus lotes para acceder a servicios de agua y desagüe, sin reparar que se trataba de una tarea del Gobierno Regional del Callao.

4. Fujimori le arrebató su autonomía a la mayor parte de las instituciones públicas que sustentan nuestra democracia (Congreso, Poder Judicial, CNM, TC, Ministerio Público, ONPE, JNE, etc.). Consecuencia: la labor que han realizado estas instituciones durante los últimos cuatro años ha sido -con justa razón- fuente de constantes críticas derivadas del descrédito que arrastran. La opinión pública teme permanentemente que sus decisiones estén siendo influenciadas por el fuji-montesinismo.

5. Fujimori utilizó la inteligencia nacional como medio para controlar a las instituciones públicas, los empresarios y la propia prensa. Consecuencia: tamaño despropósito, obligó al actual Gobierno Central a someter esta institución a un proceso de reorganización que lamentablemente no tiene cuando acabar. Mientras tanto, no se cuenta con la información necesaria para determinar si existen intereses políticos y/o narco-económicos detrás de disturbios sociales como Ilave o Tintaya.

Nuestras autoridades actuales son, desde luego, responsables de la manera cómo se vienen manejando los problemas heredados del Gobierno pasado. Pero su origen se halla en el autoritarismo impuesto por Fujimori durante la década pasada. ¿De verdad cree que necesitamos más “mano dura”? Las dictaduras generan demasiados costos sociales. No se deje seducir por argumentos falaces en la próxima campaña.